¿Es posible detectar enfermedades a través de los ojos?
La iridología y el fondo de ojos son pruebas que sirven para descubrir enfermedades de manera precoz, ayudando al diagnóstico temprano y facilitando el posterior tratamiento
La enfermedad de ojo seco empeora durante la etapa invernal
La mitad de las personas mayores de 40 años no saben que tienen glaucoma
Fact checked
Este artículo de OkSalud ha sido verificado para garantizar la mayor precisión y veracidad posible: se incluyen, en su mayoría, estudios médicos, enlaces a medios acreditados en la temática y se menciona a instituciones académicas de investigación. Todo el contenido de OkSalud está revisado pero, si consideras que es dudoso, inexacto u obsoleto, puedes contactarnos para poder realizar las posibles modificaciones pertinentes.
Existen diferentes técnicas con las que detectar problemas de salud a través del estudio de los ojos. La iridología, como define Euroinnova Business School, es «la ciencia alternativa que estudia los comportamientos del cuerpo humano y su estado de salud a través de la examinación y observación de los colores, formas y patrones existentes del ojo humano, siendo clasificada como una pseudo-terapia».
Para realizar un estudio del ojo, la iridología utiliza como principal herramienta un mapa sectorial del iris del ojo que es dividido por sectores que determinan las partes del cuerpo humano en relación a su posición en el cuerpo del iris. Algunos de los signos de alteraciones orgánicas que pueden detectarse a través del estudio del iris, y que Euroinnova Business School describe, son: cambios de la coloración, relieves, surcos, alteraciones de tejido, bandas y más.
Otra de las técnicas empleadas es el fondo de ojo que permite al oftalmólogo ver el interior ocular y, con ello, hacer un análisis detallado de algunas de sus partes como el nervio óptico, la mácula o zona central de visión, la retina y los vasos sanguíneos. El fondo de ojo es una prueba indolora y sencilla, para la que se dilatan las pupilas con unas gotas midriáticas, y posteriormente, con un instrumento llamado Oftalmoscopio directo, el oftalmólogo proyecta un haz de luz directamente sobre la pupila, obteniendo una imagen unidimensional de las estructuras oculares internas. Existen 2 técnicas diferentes de realizar la exploración: Oftalmoscopia directa y Oftalmoscopia indirecta.
La Oftalmoscopia directa: Para la realización de esta prueba se utiliza un instrumento llamado Oftalmoscopio directo, con el que el oftalmólogo proyecta un haz de luz directamente sobre la pupila, obteniendo una imagen unidimensional de las estructuras oculares internas. Se realiza primero un ojo y luego el otro.
La Oftalmoscopia indirecta: Puede hacerse de dos maneras. La primera a través de una lámpara de hendidura, el paciente debe permanecer sentado y con la barbilla y cabeza apoyadas. Con la utilización de unas lentes específicas el oftalmólogo obtiene una imagen tridimensional del fondo de ojo. La segunda forma de oftalmoscopia indirecta requiere que el oftalmólogo utilice un casco con linterna, el haz de luz proyectado por la linterna pasa por la lente de exploración y se obtiene una visión del conjunto del fondo de ojo. En la oftalmoscopia indirecta el oftalmólogo puede explorar los dos ojos a la vez.
Desde el Instituto Oftalmológico, indican que con estas exportaciones, el oftalmólogo puede detectar de manera precoz, y así facilitar su tratamiento, enfermedades autoinmunes como infecciones corporales y enfermedades sistémicas. Entre las enfermedades que pueden descubrirse con un fondo de ojos, la American Academy of Ophthalmology destaca las siguientes:
Aneurisma
Un aneurisma es una burbuja en la pared de un vaso sanguíneo. Esta pared débil puede presentar escapes o puede romperse. Los signos de un aneurisma pueden incluir una severa cefalea de un solo lado de la cabeza o pérdida de la función facial o corporal. Los aneurismas pueden ser catastróficos y requieren atención médica inmediata.
Tumor cerebral
Los tumores pueden producir aumento de presión en el cerebro que se transmite al ojo. La inflamación cerca de los ojos produce cambios en el nervio óptico que un oftalmólogo puede detectar. La pérdida de visión lateral, visión doble reciente o cambios en el tamaño de una pupila, son otros signos de tumor cerebral.
Cáncer en la sangre, en el tejido o en la piel
Se pueden encontrar numerosos cánceres durante un examen oftalmológico detallado. Los cánceres de piel afectan los párpados y las superficies externas del ojo. Los tipos más comunes de cánceres son el de células basales, células escamosas y melanoma. La leucemia y el linfoma también pueden afectar el aspecto interior del ojo. Los tumores en el seno y otras áreas pueden difundirse a las estructuras oculares.
Diabetes
Los vasos sanguíneos pequeños de la retina que dejan escapar un líquido amarillento, o sangre, pueden ser signo de retinopatía diabética. A veces, esta enfermedad aparece en el tejido ocular incluso antes de que se haya hecho el diagnóstico de diabetes. La detección temprana puede ayudar a evitar la pérdida de visión y otras complicaciones graves.
Arteritis de células gigantes
La arteritis de células gigantes (ACG) es una inflamación persistente de las arterias de tamaño mediano que afecta los brazos, la parte superior del cuerpo y el cuello. Estas mismas arterias ayudan a nutrir los ojos y su inflamación puede producir visión borrosa, doble visión o incluso pérdida repentina de la visión en uno o ambos ojos. Un examen oftalmológico con dilatación y exámenes de sangre para esta condición pueden permitir un diagnóstico temprano de la ACG. El tratamiento médico puede prevenir la ceguera de por vida o incluso una muerte prematura.
Hipertensión
La presencia de bandas inusuales, dobleces o sangrado de los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo puede indicar una hipertensión. La hipertensión es un factor de riesgo conocido desde el inicio y/o progresión del glaucoma, la retinopatía diabética, la degeneración macular y otras enfermedades. Es posible que su médico observe signos de hipertensión durante un examen de ojos con dilatación.
Hipercolesterolemia
Un anillo amarillo o azul alrededor de la córnea pude ser signo de hipercolesterolemia, especialmente en una persona menor de 40 años. Los depósitos en los vasos sanguíneos de la retina también indican colesterol alto. Esto puede ser el precursor de un accidente cerebrovascular que ponga en riesgo la vida.
Lupus y Enfermedad de Lyme
Esta enfermedad inflamatoria puede coincidir con ojo seco. El lupus también puede producir inflamación en la parte blanca del ojo, en la capa media del ojo o en el tejido sensible a la luz en la parte posterior del ojo. Otra manifestación ocular de esta dolencia es la inflamación de tejidos internos del ojo, que provoca uveitis, lo que puede ocasionar pérdida de visión, visión borrosa y dolor. La enfermedad de Lyme es una infección difundida por las garrapatas que lleva a inflamación en todo el organismo. Muchas personas con enfermedad de Lyme experimentan inflamación del nervio óptico así como un aumento en las miodesopsias y en el inicio de infecciones.
Toxicidades medicamentosas y ETS
Varios medicamentos pueden ser tóxicos para la retina y el nervio óptico. Los síntomas de toxicidad incluyen párpados rojos con descamación, ojos rojos, córneas que se sienten ásperas o conjuntivitis. Algunas de las enfermedades de transmisión sexual que pueden detectarse en una exploración ocular son la sífilis, el herpes, la clamidia, el VIH, la gonorrea, las verrugas genitales y la ladilla pueden afectar las capas de los ojos. Estas condiciones graves suelen detectarse durante un examen ocular.
Miastenia gravis
La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune progresiva que hace que los músculos se debiliten y se cansen fácilmente. Los primeros síntomas de esta afección suelen incluir los ojos. Los signos más comunes de la enfermedad son los párpados caídos en uno o ambos ojos. Otros síntomas incluyen doble visión, debilidad en los brazos o en las piernas, o problemas respiratorios, con el habla, con la masticación o la deglución que ponen en riesgo la vida.
Artritis reumatoidea
Los signos oculares de artritis reumatoidea (AR) incluyen más comúnmente ojos rojos con un dolor severo profundo. Este síntoma puede ser signo de escleritis, una inflamación dolorosa de la parte blanca del ojo que requiere terapia médica. Muchas personas con AR sufren también de ojo seco.
Sarcoidosis
Esta enfermedad inflamatoria afecta múltiples órganos, incluyendo los ojos. Los signos oculares más comunes de esta enfermedad son la iritis, una inflamación recurrente y dolorosa del iris, la parte coloreada del ojo. Estas condiciones también pueden causar sensibilidad a la luz severa.
Anemia drepanocítica
Quienes tienen anemia drepanocítica, un trastorno genético de la sangre, desarrollan glóbulos rojos rígidos en forma de coma que pueden bloquear el flujo de sangre en el organismo. Esta enfermedad puede causar un amplio espectro de cambios oculares, desde enrojecimiento y ruptura de vasos sanguíneos en la superficie del ojo hasta hemorragias severas e incluso desprendimiento de retina al interior del ojo.
Síndrome de Sjögren
Esta enfermedad autoinmune hace que los glóbulos blancos ataquen las glándulas que producen lágrimas y saliva. No es de sorprender que los ojos secos sean una característica crítica del Síndrome de Sjögren. Otros síntomas incluyen ardor o sensación de quemadura en los ojos, visión borrosa y boca seca.
Accidente cerebrovascular
Los vasos sanguíneos de la retina contienen a veces taponamientos o coágulos. Estos taponamientos pueden producir súbitos puntos ciegos o dar la sensación de una «cortina» que se cierra sobre la visión de una persona. Estos síntomas pueden ser indicio de un mayor riesgo de accidente cerebrovascular. La pérdida de visión lateral puede ser también una advertencia de daño cerebral producido por un accidente cerebrovascular previo.
Enfermedad de la tiroides
Los globos oculares que se protruyen y los párpados que se retraen son signos inconfundibles de hipertiroidismo, generalmente producidos por la Enfermedad de Graves. Esto ocurre cuando la glándula tiroidea produce demasiada o muy poca hormona. A veces coincide con ojo seco, visión borrosa o pérdida de visión.
Enfermedad vascular
Los trastornos de coagulación y sangrado pueden producir un sangrado visible en y alrededor del ojo. Esto se conoce como hemorragias subconjuntivales. Son trastornos que también pueden producir hemorragias retinianas que ponen en riesgo la visión.
Deficiencia de vitamina A
El ojo seco y la ceguera nocturna son ambos signos de deficiencia de vitamina A. Sin vitamina A suficiente, los ojos no pueden producir la humedad necesaria para mantenerse debidamente lubricados. Los bajos niveles de vitamina A también llevan a la ceguera nocturna, al impedir la producción de algunos pigmentos necesarios para que la retina funcione adecuadamente. La deficiencia de vitamina A es la principal causa de ceguera prevenible en los niños a nivel mundial.
La Academia Americana de Oftalmología nos recuerda que es importante saber que estos síntomas no garantizan que se tenga ciertas enfermedades. Siempre que un ojo revele un posible problema de salud, su oftalmólogo le recomendará exámenes adicionales practicados por un especialista o por su médico de atención primaria.
Además, recomienda que todos los adultos se hagan un examen completo de ojos a los 40 años. Es la edad en que aparecen los primeros síntomas o cambios por enfermedad en la visión que pueden presentarse inicialmente en los ojos.
Temas:
- Enfermedades
- Ojos